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30 de junio de 2013

El baloncesto, y su importancia en la vida

Tras meses de inactividad en el blog, vengo con esta nueva publicación.
En esta entrada, hablaré de algo serio y que ha sido más que importante para la vida de muchas de las personas del mundo.
En el mundo hay muchísimas personas que por desgracias de la vida, no tiene donde vivir; no tiene familia; no tiene los bienes necesarios para poder vivir en unas condiciones mínimas; o han tenido que cuidar de sus hermanos siendo tan solo unos adolescentes. Estas personas tienen dos opciones: rendirse y asumir que les a tocado vivir así, o también pueden luchar como nadie lo ha echo nunca para lograr alcanzar sus sueños de tener una vida como las de otro cualesquiera.

Ahora vosotros preguntareis ¿Qué relación tiene esto con el baloncesto?
Pues la verdad es que tiene bastante relación, ya que para que alguien luche por algo, necesita otra cosa en la que centrar todas sus fuerzas.
Muchas de estas personas con estos problemas deciden centrarse en el baloncesto, consiguiendo con él grandes resultados.

Hay muchos ejemplos de superación personal mediante el baloncesto, pero os traigo aquí uno en especial, el caso de Serge Ibaka.



El jugador congoleño de los Oklahoma City Thunder tiene la vida que toda persona quiere tener: dinero, fama, salud... pero lo que no sabe la mayoría de las personas es que la infancia de este jugador no fue tan agradable.

Ibaka nació en Brazzaville, en la República del Congo, una ciudad donde reinaba una alta mortalidad infantil y una extremada pobreza. Además coincidió con su guerra civil de 1997, que duró prácticamente 2 años.
Ibaka, hijo de dos jugadores profesionales de baloncesto, su padre en el Congo, y su madre en la República democrática, tuvo que aprender durante su infancia a sobrevivir y ayudar al resto de su familia (eran 18 hermanos).

Pero tarde o temprano aparecería el espíritu deportista de Serge, y a pesar de lo complicado que pudiese ser, el luchó para poder conseguir lo que él quería: jugar al baloncesto.

Teniendo tan solo 16 años, empezó a jugar cedido en una especie de Euroliga del país, y a pesar de jugar a un nivel tan alto, y contra jugadores mayores que él, consiguió acabar siendo el máximo reboteador de la competición.

Tras varios años, y pasando por la ACB, finalmente consigue ser elegído en el Draft de la NBA por los Seattle Supersonics, franquicia que pasaría sus derechos de la liga a Oklahoma City Thunder, quienes finalmente en 2009 pagaron su cláusula de rescisión.

Serge Ibaka conseguiría su sueño de convertirse en jugador de baloncesto, pero además en la mejor liga del mundo, la NBA.

Con este gran ejemplo de superación, podemos aprender una cosa: nada en esta vida es imposible.